jueves, 7 de marzo de 2013

Te echo de menos infancia.


Uno, dos, tres, cuatro.
Números insignificantes que no dicen nada.
Las palabras que escribo,
el lugar en el que pienso,
es donde me gustaría estar.
Un mundo en el que nadie grite,
un mundo en el que nadie piense.
Un mundo en el que las palabras no importen,
que solo importe lo que estas transmiten.
El mundo del que hablo, no se encuentra demasiado lejos,
solo tienes que cruzar un lago.
Los helados nos hacían felices,
construíamos castillos de arena,
no imaginábamos el final de las carreteras.
Quisiera volver a ese lugar,
recorrer miles de millas corriendo,
aterrizar en tus brazos,
soltar en miles de carcajadas todo el aire.
" Los principios suelen estar donde tu los dejas".
Ya no hay vuelta atrás,
ese principio ya no existe,
lo deje abandoné hace tiempo,
nunca volveré a ese lugar.
No comeré calipos,
no volveré a reír de esa manera.
Tu me lo has prohibido.
¿ Y sabes que?
Te echo de menos infancia.